Libros electronicos


Analizando los libros electrónicos

 

La historia de los libros electrónicos es muy corta, se habla de 36 años (1971 – 2007). Se inicia con un proyecto de digitalización de libros impresos: El proyecto Gutenberg, dirigido por Michael Hart. Tal vez, ese comienzo es la razón por la cual el libro electrónico aún hoy por hoy, sigue enmarcado en las características del libro impreso.

Se habla de un medio dependiente de su antecesor, hasta el punto de querer ser lineal en un soporte que le permite tener más libertad; sugerir un pasar de hojas para entender la narración contada en su interior; estar cerrado, impidiendo su crecimiento por parte de más personas que el autor original, e incluso hacer conexiones con otras obras. Entonces por el momento, es posible decir que el libro electrónico es un libro que quiere ser impreso y estar sobre hojas de papel.

Con el gran acogimiento de la digitalización de impresos, que convertían los libros impresos en electrónicos, por la única razón de estar sobre un soporte digital y algunos poder compartirse por internet; es que diez años después la Random House decide publicar “Random House’s Electronic Dictionary”; publicación que posiblemente animó a Stephen King en marzo de 2001, apoyado por la editorial electrónica Simon&Schuster, a lanzar a través de internet su novela Rinding the Bullet.

Los dos ejemplos anteriores, son las primeras publicaciones que se realizan haciéndose llamar libros electrónicos. Pero hay que recordar que son electrónicos únicamente porque están en soporte digital. ¿Para ese entonces se pensaba en hacer realmente un libro electrónico? Uno que fuera acorde con su soporte, el digital, que le ofrece mucho más que texto en forma lineal, por ejemplo, multimedia (video, imagen, texto y sonido). Al parecer la respuesta a esta pregunta es no. Se pensaba únicamente el libro electrónico como libro impreso pasado a formato digital.

En consecuencia al éxito de los “libros electrónicos”, compañías como: Nuvomedia, Softbook Press, Librius, Everybook Inc, The Summer Land Group, Franklin Electronic Publishers, Cytale y Tianjin Jinke Electronics Co., piensan en ganarse el mercado completo del nuevo medio. Este pensamiento es el que a muchos los llevó a la quiebra. Y no es porque hayan sido ambiciosos, porque se sabe que para que una empresa tenga éxito debe serlo, sino, que quisieron acaparar el mercado creando aparatos electrónicos llamados libros electrónicos, que leyeran únicamente el formato de su empresa y que los libros pudieran descargarse solamente de su librería online.

Es claro que el pensamiento de esas empresas fue pensado únicamente en su beneficio, no en el del posible comprador. Quisieron casi montar un monopolio con el mercado de los libros electrónicos, pero es iluso pensar que una persona familiarizada con un computador, en el que puede abrir diferentes formatos, quisiera adquirir un nuevo dispositivo que le sirviera expresamente para reproducir un tipo de archivo. La única ganancia a favor de estas compañías, es que ofrecían un aparato portátil en el que se podía guardar y leer varios libros en formato digital.

Por otro lado, hicieron promoción de sus dispositivos como el reemplazo al libro impreso, una reflexión una vez más ambiciosa. Es iluso decir incluso hoy, cuando los libros electrónicos han avanzado un poco más; que el libro electrónico reemplazará al libro impreso. Mi opinión con respecto al tema es que convivirá uno al lado del otro. Seguirá existiendo personas amantes de los libros impresos, que se resistan a leer en un dispositivo electrónico sus obras más preciadas. Y habrá lectores jóvenes que prefieran un video a un párrafo de sólo texto.

A raíz del problema de incompatibilidad de formatos es que se desarrolla el Open eBook Forum (OeBF), en la actualidad llamado International Digital Publishing Forum (IDPF). Este buscaba ofrecer mayor flexibilidad y libertad a los usuarios lectores de libros electrónicos.

Gracias a las quejas expuestas en este espacio es que las compañías empiezan a darse cuenta que lo más importante era la comunicación y la compatibilidad, es decir, debían hacer lectores de libros electrónicos que leyeran gran variedad de formatos y su preocupación tenía que se centrarse en las formas de lectura, de portabilidad, de reproducir más que texto, tener conexión inalámbrica a internet, entre otras opciones.

Después de los intentos fallidos en la primera generación de libros electrónicos (lectores sin tinta electrónica y que leen sólo un formato), se da inicio a la segunda generación, esa que ya cuenta con papel y tinta electrónica. Tecnología que soluciona la lectura en dispositivos electrónicos.

Actualmente es posible leer en pantallas electrónicas sin cansar los ojos, a diferencia de lo que ocurre con pantallas de computadores tradicionales. Algunas de las empresas que producen libros electrónicos con tinta electrónica son: Sony, Bookeen, iRex, Tianjin Jinke Electronics Co, eREAD Holding Co, Polymer Vision y Fujitsu Frontech Limited (la única con tinta electrónica a color).

Por ahora los dispositivos lectores de libros electrónicos con tinta electrónica, pueden reproducir sonido, texto e imágenes; algunos cuentan con conexión inalámbrica a internet, pantalla táctil que permite hacer anotaciones; y cuentan con marcadores. Al parecer una de las herramientas importantes que les hace falta es reproducir video. Cuando esto ocurra podrán desarrollarse publicaciones con videos, sobre el soporte papel electrónico (como ocurre en la película de Steven Spielberg “Minority Report”. A continuación los dejo con la escena en la que aparece un periódico, tabloide, en papel electrónico. ¿Será que estamos muy lejos a estar leyendo obras sobre papel electrónico?

 


“Minority Report (2002) – The Chase (Part 2)” (You tube.com, 2007, http://www.youtube.com/watch?v=GCQpMT_iL9U)